En verdad, hoy en día vemos nuestro trabajo como una forma bella, práctica, sutil y segura, de resolver un problema que nos plantean.
Y un verdadero problema, es el mundo de la infravivienda. Familias sin recursos con problemas en sus hogares, problemas que hacen insálubre, inóspito, inseguro, inhabitable... su día a día, y que aún así, resisten y continúan por falta de medios...
Resolver esos problemas con un mínimo capital, es realmente una meta para el estudio, resolver problemas y que no vuelvan a aparecer en varios meses. A veces, parece una meta, otras veces, una utopía.
Iremos avanzando algunos casos en el blog, hoy, os dejamos con la reflexión de que todavía, quedan en España y muy cerca de nosotros, familias que viven con unos recursos mínimos, que se esfuerzan por subsistir, y que no teniendo nada, todavía son capaces de relagar lo único que tienen, una sonrisa. Familias a las que hay que ayudar, pero que es demasiado compleja esa ayuda.
Es uno de los trabajos más duros en los que nos enfrentamos en el estudio, y en este caso, si que es fundamental la sostenibilidad entendida como tal y sus principios.
(no adjuntaremos imágenes a esta entrada... )
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